Una profesora inolvidable
Buceando en mis archivos antiguos, en busca de otras cosas, me topé con esta foto preciosa y una sonrisa se instaló en mi mañana de inmediato. ¿Qué tiene de especial esta foto?
Hace casi 15 años tuve el honor y el placer de estudiar Literatura Infantil y Desarrollo de la Lectura con esa señora de chaleco celeste que está en la mitad de la foto. ¿La reconocen? Puede que sí, puede que no, pero seguro que han leído algo de ella o escuchado algún cuento o poema genial gracias a ella. Sí, estoy segura de eso. ¿Saben por qué?
Cecilia Beuchat es una maravillosa escritora, profesora, profesora de profesores y una gran investigadora de los cuentos y textos para niños de todas partes del mundo. Gracas a ella hoy en Chile y otros países leemos y conocemos cuentos de culturas lejanas y fascinantes; varias versiones de cuentos clásicos (¿han leído la Cenicienta china o la de los indios canadienses?) y también los profesores encontramos maneras más entretenidas de contar cuentos y ayudar a los niños a descubrir cuánto ya saben de poesía y de literatura solo por vivir en una sociedad y tener una familia.
De Cecilia aprendí a usar las cajitas con poemas y canciones en medio de cualquier cosa; las narraciones orales con sorpresas como encontrar una estrella dentro de una fruta; los pedacitos de revista con colores misteriosos, junto con mil y una ideas ingeniosas y divertidas que no he dejado de disfrutar tanto con mis alumnos como con mis propios hijos durante estos casi 15 años, que me llevan a dar gracias por aquel día en que esta señora decidió aceptarme en su diplomado, aun cuando en esa época yo no era profesora. Debo decir que, años después, el hecho de que haya decidido estudiar pedagogía tuvo mucho, mucho, muchísimo que ver con ella. ¡¡¡Gracias, Cecilia!!!
Aquí les dejo un link a su página web:
A quienes aún creen que no la conocen, los desafío a no decir "¡Ah!" cuando vean la lista de sus libros. ¡¡Seguro que ya conocen varios!! Y si no es así, corran a pedir uno a la biblioteca de su colegio.
¿Quieren saber cuál es mi favorito? Genio de alcachofa.
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